Como concepto está relacionado con la Teoría del caos, donde pequeñas variaciones en las condiciones iniciales de un suceso pueden provocar grandes diferencias en el comportamiento del futuro.
Los sistemas que componen este concepto son muy sensibles a este tipo de cambios y se clasifican en tres tipologías diferentes: estables, inestables y caóticas. Según explica el pionero de esta teoría, debemos imaginar el planeta dividido en dos partes. En una de ellas, una mariposa mueve sus alas a gran velocidad; mientras que en la otra el animal se mantiene totalmente estático. Este acontecimiento puede tener cierta repercusión en el futuro, pues ambos mundos acabarán siendo diferentes.
Bajo estos principios, el efecto mariposa también es asociado a una filosofía de vida, donde un pensamiento genera una acción que podría transformar el destino individual y colectivo en tan solo un segundo, ocasionando variaciones en el equilibrio imposibles de predecir, otorgándole poder incalculable a todos nuestros actos como consecuencia de nuestros pensamientos y su relación con el entorno y el futuro.
Observemos lo que pensamos, seamos generosos con las reacciones que estos pensamientos ocasionan y sus posibles consecuencias a futuro. Cada segundo sembramos individualmente lo que en algún momento dará frutos en el colectivo de la tierra. No importa dónde estemos, el ruido silencioso de nuestros pensamientos emiten una vibración que se siente en el otro lado del mundo.
Somos uno entendiéndonos como energía, lo que nos hace responsables del equilibrio individual y colectivo en esta tierra.