Frustración · Cuando el Alma se Siente Atrapada

La frustración es una emoción que surge cuando lo que deseamos, esperamos o sentimos que necesitamos no se cumple. En términos psicológicos, es el resultado de un bloqueo entre el deseo y la realidad.

Pero desde una mirada más profunda y espiritual, la frustración es la señal que emite el alma cuando estamos insistiendo en un camino que no es el nuestro o cuando nos obligamos a vivir desde el «deber ser» y no desde el «quiero ser».

Neurológicamente, la frustración se origina en el sistema dopaminérgico (deseo/recompensa). Cuando el cerebro anticipa una recompensa y no la obtiene, se activa la amígdala, responsable de las emociones intensas como el miedo, la rabia y la tristeza. Esta respuesta, sostenida en el tiempo, altera la percepción, reduce la creatividad y eleva el estrés corporal.

  • Se acumula como tensión en el pecho, la garganta o el estómago.
  • Puede generar dolores de cabeza o rigidez cervical.
  • Se refleja en el aura como oscuridad estancada en el plexo solar y la base.
  • Drena la energía de los chakras y rompe el flujo entre acción (chakra raíz) y visión (chakra corona).
  • ¿Estás haciendo cosas que no te hacen feliz, pero sientes que «tienes» que hacerlas?
  • ¿Has sentido que todo te pesa, que estás agotada o agotado sin razón aparente?
  • ¿Sientes rabia por pequeñeces o tristeza repentina sin entender por qué?
  • ¿Has sentido que «ya no puedes más» pero igual sigues?

Estas son formas en que la frustración se disfraza de rutina, fatiga, ansiedad o incluso enfermedad.

¿Y cómo se libera esta emoción acumulada?

1. Reconociéndola: La frustración solo se sana si la vemos sin juicio. Dale un nombre, obsérvala, permítete sentirla.

2. Liberando energía acumulada: Respiración consciente, escritura intuitiva, movimiento corporal suave, llanto liberador.

3. Volviendo a tu verdad: Pregúntate:

  • ¿Estoy haciendo esto por amor o por miedo?
  • ¿Esto me acerca o me aleja de lo que realmente deseo?

4. Ajustando el camino: Quizás no es dejarlo todo, sino ajustar el rumbo, abrir nuevas rutas. La frustración es una guía, no una condena.

Técnica sencilla, profunda y energética:

  1. Busca un lugar tranquilo.
  2. Cierra los ojos y respira profundo.
  3. Coloca una mano en el pecho y otra en el vientre.
  4. Di en voz alta:

«Reconozco mi frustración. Ya no quiero cargarla más. Estoy lista o listo para transformar esta energía en claridad, en acción amorosa y en libertad.»

  1. Siente el cuerpo. Escucha qué necesita.
  2. Escribe sin filtros: ¿Qué me frustra? ¿Por qué sigo aquí? ¿Qué me gustaría cambiar?

Este ritual no solo te alivia: te reconecta con tu camino verdadero.

Día 1 – Reconocer sin juzgar:

  • Haz una pausa.
  • Nombra lo que sientes: «Estoy frustrada/o por…»
  • Escribe todo lo que salga sin filtros.

Día 2 – Explorar tu verdad:

  • Hazte estas preguntas:
    • ¿Estoy donde quiero estar?
    • ¿Qué parte de esto elegí yo y cuál no?
  • Medita al menos 5 minutos enfocándote en el corazón.

Día 3 – Liberación física:

  • Haz 15 minutos de movimiento libre (bailar, estirarte, caminar).
  • Respira profundo con exhalación prolongada.
  • Golpea un cojín si lo necesitas para liberar tensión.

Día 4 – Crear una nueva dirección:

  • Escribe una lista de 3 cosas que sí te gustaría hacer o sentir.
  • Elige una y haz una acción pequeña para acercarte a ella.

Día 5 – Ritual de reencuentro (como el anterior).

Día 6 – Conectar con el cuerpo:

  • Pregúntale a tu cuerpo: ¿Qué necesitas de mí hoy?
  • Cuídalo con algo amoroso: alimento, descanso, contacto.

Día 7 – Cierre y nueva intención:

  • Escribe una frase tipo: «Yo me permito crear una vida que me honre.»
  • Llévala contigo durante el día como anclaje energético.

Recuerda, la frustración no es un obstáculo, es una señal. Te está mostrando que algo necesita transformarse. No te calles. No te obligues. No te traiciones.

Tu cuerpo, tu energía y tu alma merecen una vida que se sienta libre, real y coherente.

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