Elegimos ante la misma situación hacer un drama o una experiencia que nos nutra, depende de la reacción y esto no implica asumir posiciones duras o hacer negación, implica hacernos responsables de cada reacción desde otro nivel de conciencia. Todo un reto, pero si estamos conectados con el ahora y nos permitimos vibrar con nuestras emociones de manera sana y decidir no dañarnos ni dañar a nadie en el intento, dimos un paso a una conciencia más equilibrada.

No limites tus emociones al drama o frialdad de la existencia, permítete asumir tus experiencias y las de tu entorno con amor y compasión, no es una forma sentimental de vivir, solo es una manera sabia de elegir como sientes lo que vives, como lo sueltas o te apegas a cada emoción sin ser un manojo de nervios y tampoco una piedra.

Vemos lo mismo pero sentimos distinto, cambia lo que sientes con respecto a lo que ves y muy seguramente cambie tu realidad, tu eliges cómo interpretar lo que ves.